Políticas neoliberales
El neoliberalismo propone que
se deje en manos de los particulares o empresas privadas el mayor número de
actividades económicas posible. Igualmente propone una limitación del papel del
Estado en la economía; la privatización de empresas públicas y la reducción del
tamaño del Estado, es decir, una reducción del porcentaje del PIB controlado o
administrado directamente por el Estado. Respecto al derecho laboral, mercantil
y las regulaciones económicas generales el neoliberalismo propone la
"flexibilización" laboral, la eliminación de restricciones y
regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras para
mercancías, capitales y flujos financieros.
Las políticas macroeconómicas
recomendadas por teóricos o ideólogos neoliberales (en principio
recomendaciones a países tanto industrializados, como en desarrollo) incluyen:
Políticas monetarias
restrictivas: Aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero hasta
lograr una inflación cercana a cero y evitar el riesgo de devaluaciones de la
moneda. Los partidarios del neoliberalismo creen que estas medidas, evitan los
llamados ciclos del mercado.
Políticas fiscales
restrictivas: Aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos
sobre la producción, la renta personal y los beneficios empresariales. También
proponen eliminar regímenes especiales y disminuir el gasto público.
Liberalización o desregulación:
Los partidarios de políticas neoliberales defienden la liberalización o
desregulación para el comercio como para las inversiones por considerarlas
positivas para el crecimiento económico. Igualmente se considera positiva la
eliminación de muchas reglas y restricciones, reduciéndolas a un mínimo
necesario (sobre todo la garantía del régimen de propiedad y de la seguridad).
En particular abogan por aumentar la movilidad de capitales y la flexibilidad
laboral.
Privatización: Se considera
que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los
públicos y que el Estado debe achicarse para ser más eficiente y permitir que
el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.
En todos los casos, los
teóricos denominados neoliberales afirman que la mejor manera de alcanzar la
distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un
crecimiento total del producto, que por su propia dinámica permea al total de
los integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy política del
derrame económico); como liberales promueven mediante el beneficio individual,
alcanzar el beneficio de toda la sociedad.
Políticas
neoliberales del Perú
EL MODELO NEOLIBERAL:
CRECIMIENTO SIN REDISTRIBUCION 1990 – 2005
En 1990, el “péndulo peruano”
se movió del populismo heterodoxo al neoliberalismo ortodoxo (Gonzales-Samamé
1994). Fue el año del “turning-point” de un modelo económico y de un tipo de
estado que habían llegado a su agotamiento. A partir de entonces, el Perú
entraría en la era “neoliberal” en lo económico, que los cuatro gobiernos que
se han sucedido han mantenido en sus principios básicos.
Por otro lado, debido a los
drásticos cambios económicos, políticos e institucionales que se sucedieron en
los años noventa, también se movió el “péndulo de largo plazo”, es decir, el
Perú cambió de modelo de funcionamiento económico, de reglas del juego y de
régimen de acumulación del capital. Estos cambios han sido profundos y
estructurales, sin embargo no han logrado conmover los cimientos de la
desigualdad, la pobreza y la falta de empleo “decente”. Obviamente, el problema
es que el nuevo modelo económico bajo régimen neoliberal no ha logrado, por lo
menos hasta ahora, sentar las bases para resolver estos problemas, que están en
el origen del conflicto social, el cual hace difícil consolidar la
gobernabilidad democrática.
El tipo de reformas y sus
resultados posteriores dependen en buena medida de las condiciones previas,
tanto económicas como institucionales y políticas. Si bien en el Perú se
aplicaron los sistemas del Consenso de Washington, la forma como se hicieron las
reformas y sus resultados, dependieron de cómo estaba el Perú y de cómo somos
los peruanos. Pero también influyó de manera decisiva el entorno internacional
que, marcado por el signo de la globalización y la apertura comercial
financiera, “obligó” de cierta manera a ir en una dirección única, sin mucho
matiz y sin mucha negociación. Quizás por la debilidad interna y la fortaleza
externa es que el modelo económico liberal se instaló para durar 16 años sin
cambios fundamentales, más de lo que muchos esperaban, y por lo que se observa,
para seguir durando varios años más, en la medida que las alternativas o son
inconsistentes, son muy débiles o tienen el karma del populismo y la
heterodoxia pasadas.
Este neoliberalismo ha estado
bajo la conducción de cuatro gobiernos, Alberto Fujimori (1990-2000), Valentín
Paniagua (2000-2001), Alejandro Toledo (2001-2006) y Alan García (2006-2011).
Los principios económicos del modelo han sido mantenidos por estos gobiernos,
con muy pequeñas variantes. Lo más notable es que se ha conformado un “saber
convencional” basado en la doctrina neoliberal y en sus procedimientos.
FUJIMORATO
Cuando el Ingeniero Alberto
Fujimori llegó a la presidencia en 1990, encontró un país sumido en crisis
económica (hiperinflación), política (pulverización de los partidos políticos y
terrorismo) y social (proceso de desintegración). Cuando se fue en octubre del
2000, dejó al país en crisis económica (recesión y desempleo), política
(corrupción del gobierno), social (pobreza y exclusión) y moral (crisis de las
reglas de comportamiento social). Cumplió un ciclo de diez años que comenzó y
terminó con crisis, aunque el Perú había cambiado económica y socialmente.
El de Fujimori pudo emprender un drástico
ajuste económico, conocido como el fujishock, y un conjunto de reformas
neoliberales bastante radicales. Debido a varias circunstancias previstas e
imprevistas se generó una coalición entre Fujimori-militares-organismos
multilaterales, que se constituyó en la clave para que un país casi
desintegrado pudiera ser gobernado y pudiera emprender el largo camino de la
estabilización, las reformas y la recuperación económica y política. Los
militares se constituyeron en una mezcla de partido político con fuerzas del
orden que facilitaron la aplicación de las políticas económica y social. Los
organismos internacionales le dieron viabilidad financiera a un país que, en
aquel momento, estaba considerado como “paria” del sistema financiero
internacional. Así, con esta inusual alianza, el frente interno, donde el accionar
terrorista y guerrillero había puesto en situación de emergencia más de la
mitad del territorio nacional, y el frente externo pudo ser controlado. Ante la
orfandad de planes e ideas económicas del gobierno Fujimorista, los organismos
multilaterales propusieron la aplicación de las recetas del “Consenso de
Washington, como única posibilidad de solución a los agobiantes problemas que
tenía el Perú.

Con el cambio de ministro de
economía en febrero de 1991 se intensificó el proceso de reformas, entre marzo
de 1991 y diciembre de 1992 fueron aprobados 923 decretos-leyes que impulsaron
las privatizaciones, la desregulación, la liberalización de los mercados, sobre
todo el mercado de trabajo, la reforma de la administración tributaria. El
Consenso de Washington en toda su intensidad se había hecho presente en el
Perú. Sin embargo, el Congreso, en el cual el gobierno no tenía mayoría, se
resistió a apoyar las medidas sin debatirlas. Esto y otros factores de tipo
político sirvieron de pretexto para que
en abril de 1992 el presidente Fujimori se inflingiera un “auto golpe” cerrando
el Congreso e interviniendo una serie de otras instituciones, como el poder
judicial, para establecerse en los hechos una dictadura. A partir de aquel
momento, se estableció un régimen neoliberal en lo económico y autoritario en
lo político.
Debido al auto-golpe de 1992,
la comunidad internacional presionó al gobierno fujimorista a reinstalar el
Congreso y otras instituciones propias a la democracia. La forma de hacerlo fue
a través de la redacción de una nueva constitución en 1993, que permitiría la
elección de un nuevo Congreso. Esta Constitución fue hecha a la medida de los
requerimientos neoliberales desde el punto de vista económico y en función del
proyecto político del fujimorato. Por un lado, se redujo la ingerencia del
estado en la economía y se desconectó la política monetaria de las necesidades
fiscales.